martes, 17 de noviembre de 2009

Tyrannosaurus

Clasificación científica:
Saurisquios
Terópodos
Carnosaurios
Tiranosáuridos


Especies:
Tyrannosaurus Rex

Datos principales:
Su nombre significa reptil tirano. Vivió en el Cretácico superior, hace 70 y 65 millones de años, en América del Norte, y probablemente, en China, América del Sur y la India. El paleontólogo Henry Fairfiend Osborn, quien reconstruyó el primer dibujo de esta gigantesca criatura, Lo bautizó Tyrannosaurus, debido a que fue el dinosaurio más peligroso de todos los tiempos debido a su gran ferocidad y tamaño.

Descubrimiento:
La localización de todos los descubrimientos está restringida a Norteamérica. El primer espécimen (una vértebra parcial) fue descubierto por Edward Drinker Cope en 1892 y se describió como Manospondylus gigas. Fue atribuida al Tyrannosaurus rex en 1912 por Henry Fairfield Osborn. Barnum Brown, además de paleontólogo, conservador auxiliar del Museo Americano de Historia Natural, encontró el segundo esqueleto del T. rex en Wyoming en 1900. Este espécimen fue originalmente nombrado Dynamosaurus imperiosus en el mismo documento en el que el Tyrannosaurus rex fue descrito. Si no hubiera sido por el orden de las páginas, Dynamosaurus se hubiera convertido en el nombre oficial. El material original del "Dynamosaurus" reside en las colecciones del Museo de Historia Natural, Londres.



 En total, Barnum Brown encontró cinco esqueletos parciales del T. rex. Brown recolectó su segundo tiranosaurio en 1902 y 1905 en la Formación de Hell Creek, Montana. Este fue el holotipo que se usó para describir al Tyrannosaurus rex por Osborn en 1905. En 1941 se lo vendió al Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh, Pensilvania. El cuarto y más grande hallazgo de Brown, también descubierto en la Formación de Hell Creek, se exhibe en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York.

Cristobal Veloso, descubrió el más completo (más del 90%) y más grande esqueleto fósil del T. rex conocido hasta ahora, en la Formación de Hell Creek cerca de Faith, Dakota del Sur, el 12 de agosto de 1990. Sobre la propiedad de ese espécimen de T. rex, ahora llamado Sue en honor a su descubridora, se entabló una enconada batalla legal. En 1997 esta se fijó a favor de Maurice Williams, dueño original del territorio, y la colección fósil se vendió en subasta por $7,6 millones de dólares. Actualmente el esqueleto se ha vuelto a montar y se exhibe en el Museo Field de Historia Natural. Basándose en los huesos fosilizados de Sue, el espécimen alcanzó su tamaño completo a los 19 años de edad y murió 9 años después, viviendo en total 28 años de edad. Los investigadores informan el descubrimiento de dos fósiles de T. rex, uno sub-adulto y otro juvenil (ambos fueron desenterrados en la misma cantera en la que se descubrió Sue); lo cual da evidencia a la posibilidad de que el T. rex corría y cazaba en manadas u otros grupos.

Otro tiranosaurio, apodado "Stan" en honor al paleontólogo amateur Stan Sacrison, se encontró en la Formación de Hell Creek cerca de Buffalo, Dakota del Sur, en la primavera de 1987. Después de 30.000 horas de excavación y preparación, surgió un 65% del esqueleto completo. Stan está actualmente en exhibición en la exposición del Museo Black Hills de Historia Natural en Hill City, Dakota del Sur, después de una extensa gira mundial. Este tiranosaurio fue encontrado también con muchas patologías en sus huesos, incluyendo costillas y un cuello roto que luego se sanaron y un espectacular agujero en la parte trasera de su cabeza, con el tamaño de un diente de tiranosaurio. Stan y Sue fueron examinados por Peter Larson.

En 2001, el 50% del esqueleto de un juvenil tiranosaurio fue descubierto en la Formación de Hell Creek en Montana por un equipo de investigadores del Museo Burpee de Historia Natural de Rockford, Illinois. Apodado "Jane", el hallazgo fue inicialmente considerado el primer esqueleto conocido del pequeño tiranosáurido nanotirano pero una investigación subsecuente ha revelado que el fósil fue de un tiranosaurio juvenil. Este espécimen es el más completo y mejor preservado juvenil hasta la fecha. Jane ha sido examinada por Jack Horner, Peter Larson, Robert Bakker, Gregorio Erikson y varios otros paleontólogos renombrados, debido a la unicidad de su edad. Jane está actualmente en exposición en el Museo Burpee de Historia Natural en Rockford, Illinois.

En marzo de 2005 en la revista Science, Mary Higby Schweitzer de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y sus colegas anunciaron la recuperación del tejido blando de la cavidad medular de un hueso de la pata fosilizada de un T. rex, que databa aproximadamente 68 millones de años. El hueso había sido roto, intencionalmente aunque con renuencia, para ser enviado y no fue conservado de la manera usual porque Schweitzer estaba deseando investigar el tejido blando. Designado como el espécimen 1125, o MOR 1125 del Museo de las Rocosas, el dinosaurio fue desenterrado previamente en la Formación de Hell Creek. Vasos sanguíneos (flexibles y bifurcados) y el tejido (de la fibrosa pero elástica matriz del hueso) fueron reconocidos. Además, se encontraron microestructuras parecidas a las células de la sangre dentro de la matriz y los vasos sanguíneos. Las estructuras son semejantes a las células y vasos sanguíneos del avestruz actual. Sin embargo, ya que un proceso desconocido y distinto al de la fosilización normal parece haber conservado el material, los investigadores son cuidadosos de no afirmar que este es el material original del dinosaurio. La presencia de huesos medulares en este espécimen también es interesante.



Descripción:
El tiranosaurio, al igual que todos los terópodos, era bípedo y carnívoro. Su longitud mínima era de 10 metros, y la mayor a la que podía llegar era de 16 metros, con un peso que varía desde las 5 toneladas hasta las 8 toneladas aproximadamente, el peso de una de estas bestias, adulta, correspondía en su mayor parte a sus enormes huesos y potentes músculos. Además su altura era desde 4 hasta 6 metros. Su cabeza era enorme, medía desde 1,20 hasta 1,60 metros de longitud, que se unía a un corto y musculoso cuello. Estaba dotado con una poderosa mandíbula, en la que exhibía entre 50 y 60 dientes enormes y afilados con forma de puñal para retener mejor a sus presas, éstos presentaban distintos tamaños, los más pequeños tenían una longitud de 15 centímetros, y los más grandes medían 33 centímetros, increíblemente grandes y excelentes para desgarrar a la víctima. Con sus grandes dimensiones, era uno de los terópodo más grandes, lo bastante como para atajar a la mayoría de los herbívoros de su época. La cabeza de un hombre alto le hubiera llegado a media pantorrilla. Nadie sabe exactamente qué tipo de sonidos emitía, pero quizá rugía o graznaba para llamar a sus crías y para mantenerse en contacto con otros miembros del grupo. Tenía una gruesa y dura piel que le protegía aún más durante la lucha. Su piel se parecía mucho a la de los cocodrilos actuales: escamosa y cubierta de protuberancias rugosas. Caminando erguido sobre sus dos formidables patas traseras, equilibraba su cuerpo gracias a su larga y ancha cola. Tenían huesos muy pesados que soportaban su enorme peso, y, para soportarlo mejor, los huesos del tobillo estaban soldados entre sí. Eran tan sólidas como las de un elefante, pero tenían la forma de las de un avestruz. Con sus macizas patas podía correr muy deprisa, pero probablemente era demasiado grande y pesado para mantener la marcha durante un período gran y prolongado. Algunos expertos creen que quizá pudiera correr con bastante rapidez en trechos cortos. En estos arranques quizá alcanzaría los 65 kilómetros por hora, como un rinoceronte blanco actual. Pero después bajaría el ritmo hasta unos 30 kilómetros por hora, sobre todo si perseguía a una presa. Sin embargo, existen desacuerdos sobre cuan rápido se desplazaba el tiranosaurio, los cálculos oscilan entre una velocidad pausada de 18 km/h y una muy rápida de 72 km/h. Los científicos que consideran que el T. rex se movía rápidamente indican que sus patas eran semejantes a las de ornitomímidos tan veloces como el Struthiomimus. Un estudio reciente concluyó que el T. rex no tenía suficiente masa muscular en las piernas como para ser tan veloz, lo que hacía era caminar dando zancadas de 4 m por cada paso dándole una velocidad de 42km/h.

Algunos científicos indican que los animales pesados tienen las patas ubicadas debajo del cuerpo como pilares, con huesos grandes para soportar el peso, lo que no les permite correr. Quizá el T. rex era lento. Sólo se ha descubierto una huella en México que podría ser de un T. rex y que mide casi 1 m de longitud. Si se encontrara toda la serie de las huellas se conocería mejor que tan rápido pudo andar. Los bípedos tienen mayor riesgo de caerse, si durante un arranque se tropiezan, y no pueden acomodar sus patas debajo del cuerpo. Estudios recientes sugieren que los adultos no eran animales especialmente veloces, aunque en una persecución podían dar zancadas de más de 4 m.

Las caídas eran muy peligrosas para el T. rex porque la cabeza recorría más de 3 m en el desplome, y los brazos no podían detener su caída. Los avestruces tienen un problema similar, pero el riesgo de caída de un avestruz o de otras aves corredoras es muchísimo menor que el que habría tenido un tiranosaurio a la hora de perseguir a una presa. Si el T. rex se caía duramente podía lesionarse e incluso morir. Unos investigadores calcularon que si un T. rex de 6 toneladas corriera a una velocidad de 72 km/h y tropezara, golpearía el suelo con mucha fuerza y se deslizaría con tanta presión que no podría soportar el dolor de sus huesos y músculos rotos, lo que le causaría la muerte. Pero otro equipo de investigadores dio una propuesta más aceptable, trata de la posibilidad que el T. rex se mueva entre los 18 y 54 km/h, parecida a la velocidad máxima de un elefante africano. Si el T. rex se cayera a dicha velocidad, se lesionaría y quizás se rompería algunos huesos pero podría sobrevivir.

El cerebro del tiranosaurio era tan grande como el de un gorila y tenía aproximadamente un volumen de 1000 cm³, aunque la mayor parte del mismo estaba dedicado a su sentido del olfato, que, según se cree, pudo haber sido el más agudo de todos.

Sus pies eran anchos, para aguantar su peso. Caminaba apoyándose en los dedos, mas no en la planta del pie. Tenía tres cortos y fuertes dedos rematados por afiladas garras, dirigidos hacia delante. El cuarto dedo era más pequeño, apuntaba hacía atrás y nunca tocaba el suelo. Algunos creen que le servía para equilibrarse, o para sujetar mejor a las presas. Cuando comía, utilizaba las garras como las águilas, sujetando el cuerpo contra el suelo y arrancando trozos de carne con las mandíbulas. El aspecto más extraño era el contraste de sus mandíbulas inmensas y sus patas traseras, y sus extremidades delanteras muy curiosas, tan diminutas y provistas tan sólo de dos dedos cortos, rematados por garras romas. Además, resultaban demasiado cortas para permitirle llevarse comida a la boca, y ni siquiera para tocarse ésta. Eran inútiles para poder participar durante un ataque. Un hombre adulto hubiera ganado a este dinosaurio echando un pulso. Pero no son tan débiles como antes se creía, pues quizá podía levantar pesos de unos 250 kilos. La función de estos brazos siguió siendo un misterio hasta que, en 1970, Barney Newman, del Museo Británico, Historia Natural sugirió que tal vez le sirvieran para ponerse en pie. Los mamíferos como las jirafas y los elefantes, parecen tener algunas dificultades en ponerse en pie, porque en algún momento tiene que separar la cabeza del suelo y el cuello del suelo. Este carnívoro tan grande poseía una cabeza enorme, y ninguna manera evidente de levantarla del suelo, aparte de sus patas anteriores. Newman postulaba que a partir de una posición echada, este hacía fuerza con las patas delanteras contra el suelo y echaba fuerza rápidamente hacia atrás; al mismo tiempo que erguía los cuartos traseros sobre sus poderosas patas traseras. De este modo, la enorme cabeza se elevaba a una posición vertical, a 7 metros del suelo con sólo un movimiento suave. De no recurrir a estos brazos diminutos, hubiera tenido muchos problemas en levantarse a primera hora de la mañana.

Ambiente:
El tiranosaurio vivía en todo el occidente de Norteamérica, desde Alberta (Canadá), hasta Coahuila en México, justo antes de que los dinosaurios se extinguieran. Normalmente el T. rex habitaba en planicies de inundación y bosques subtropicales donde acechaba a sus presas, en zonas demarcadas por ríos, lagos y bosques exuberantes llenos de cicadáceas, helechos, plantas florecidas y árboles como las coníferas, sicomoros y araucarias.

En la época del T. rex, Norteamérica presentaba un paisaje natural con elementos familiares y extraños. Las tortugas de cuero, los cocodrilos, los lucios (Esocidae), y los peces pipa (Lepisosteidae) que vivieron en esa época eran bastante similares a los que se pueden encontrar hoy. Las ranas y los lagartos varanos eran otros animales familiares. Los helechos, colas de caballo, palmas, magnolias, álamos y arbustos eran algunas de las plantas dominantes; los pastos y hierbas ya se habían desarrollado, pero no estaban aún extendidas. Las coníferas como sequoias, araucarias, pinos, y cipreses eran comunes. El T. rex probablemente vivió en muchos hábitats diferentes debido a su amplio rango, pero muchos de los yacimientos fósiles en donde normalmente se encuentran sus esqueletos parecen haber sido bosques subtropicales y húmedos. Otros habitantes del paisaje son menos familiares y carecen de semejanza con la fauna actual. Los pterosaurios gigantes, como el Quetzalcoatlus, planeaban y volaban en los cielos, con envergaduras de alas de más de 12 metros. Otros terópodos, incluyendo a los dromeosáuridos, troodóntidos y ornitomímidos, parecen haber medido menos de 4 ó 5 metros de largo. Las manadas de ceratopsianos como los triceratops y torosaurios, y de hadrosaurios como los hadrosaurios y edmontosaurios, vagaban por la tierra, mientras aves dentadas volaban en los bosques (Ichthyornis) y nadaban en las orillas de los mares (Hesperornis). Otros dinosaurios herbívoros fueron el armado anquilosaurios, los "cabeza-duras" paquicefalosaurios y estigimoloch y pequeños ornitópodos como Bugenasaura y tescelosaurio. Antiguos primates también pudieron haber existido junto a los dinosaurios (esta publicación está abierta a la discusión). Los mamíferos (predominantemente multituberculados y marsupiales) eran todavía pequeños, animales nocturnos que se asemejaban mucho a las ratas y musarañas de hoy, como el Ptilodus y Meniscoessus; aunque había géneros excepcionales que parecían ya un poco más grandes y desarrollados, como el Taeniolabis.

Se cree que el tiranosaurio necesitaba extensos rangos geográficos de alimentación, debido a la retirada de la Vía Marítima Interior Occidental de Norteamérica, hace 69 millones de años, lo cual incrementó el tamaño del rango de alimento.

Crecimiento:
El Tyrannosaurus crecía a un ritmo de 2,1 kilos diarios, lo que le permitía, en sus casi 30 años de vida, alcanzar las seis toneladas de peso, según revela un novedoso estudio realizado por la Universidad Estatal de Florida (Estados Unidos) y publicado en la revista Nature.

El estudio, dirigido por los científicos Greg Erickson y Peter Makovicky, de la Universidad de Tallahassee (Florida), demuestra que ciertos dinosaurios crecían a un ritmo extremadamente rápido, lo que les permitía alcanzar un inmenso tamaño en poco tiempo. Sus autores han desarrollado un análisis completo del crecimiento de este dinosaurio, un carnívoro voraz que vivió hace 65 millones de años, y han concluido que este animal engordaba 2,1 kilos diarios durante su adolescencia.

Con este ritmo de crecimiento, el saurio alcanzaba su madurez ósea en dos décadas y podía vivir hasta 28 años. A partir de los 14 a 18 años de edad, el tiranosaurio -al igual que sus familiares como el Albertosaurus, el Gorgosaurus y el Daspletosaurus- adquiría alrededor del 70% de su masa adulta, y pasaba de ser un lagarto carnívoro de una tonelada a convertirse en un dinosaurio devorador de huesos de seis toneladas de peso, con pocos rivales en la cadena alimenticia el mundo prehistórico.

Ese ritmo de crecimiento puede compararse con el de los elefantes, aunque con la diferencia de que éstos llegan a vivir 70 años, mientras que los dinosaurios tan sólo alcanzaban los 30. "Sabemos que el 'Tyrannosaurus Rex' vivía rápido y moría joven", indica el doctor Erickson en Nature. Erickson y Makovicky han basado su descubrimiento en el análisis de más de 60 huesos de 20 fósiles diferentes de la familia del Tyrannosaurus. Entre los especímenes examinados por estos científicos se encuentra la Tyrannosaurus conocida por el nombre de Sue, cuyo esqueleto -el mayor y más completo hallado hasta ahora- se conserva en un 90% en el Museo Field de Chicago.

Hasta ahora se sabía que al igual que los árboles, cuyo crecimiento queda grabado en los anillos de su tronco, los principales huesos de los dinosaurios también poseen estas estrías, lo que permite determinar su crecimiento. Sin embargo, con el paso del tiempo estos huesos desarrollaban unas cavidades que dificultaban su lectura. El nuevo estudio se ha centrado en huesos de menor grosor, como las costillas, y se ha descubierto que con los años no cambiaban, sino que se mantienen en perfecto estado y conservan las líneas de crecimiento.

Estrategias de alimentación:
La mayor parte del debate sobre el tiranosaurio se centra en su tipo de alimentación y locomoción. El paleontólogo Jack Horner afirma que el tiranosaurio era exclusivamente carroñero (practicando probablemente un cleptoparasitismo) y que no se involucró en la caza activa en lo absoluto. Horner sólo presentó esto en un contexto oficial científico una vez, principalmente hablando de ello en sus libros y en los medios de comunicación. Su hipótesis está basada en que el tiranosaurio poseía grandes bulbos y nervios olfativos (en relación con su tamaño cerebral), lo que sugiere que tuvo un sentido sumamente desarrollado del olfato, por lo que, como muchos carroñeros actuales, podría haber descubierto cadáveres husmeando a grandes distancias. Los dientes de tiranosaurio podrían aplastar huesos, su mordida es 5 veces más fuerte que la de un león africano una habilidad que indica que quizás fuera común que este animal extrajera alimento de la médula ósea de los remanentes de un cadáver, una vez consumidas las partes más nutritivas. Ya que al menos partes de las presas del tiranosaurio podían moverse rápidamente, las pruebas de que caminaba en lugar de correr podrían indicar que era carroñero (ver sobre esto más abajo). Otro punto fuerte en favor de la hipótesis del tiranosaurio como carroñero se encuentra en las pequeñas extremidades delanteras con garras lábiles: es difícil imaginar a un depredador que marcha sobre el suelo sujetando sus presas vivas sin brazos robustos; los indiscutibles depredadores contemporáneos a los tiranosaurios, los velociraptores y semejantes poseían comparativamente grandes brazos dotados de fuertes garras con grandes y afiladas uñas en forma de hoz, todo lo opuesto a los tiranosaurios.

Muchos científicos que han publicado sobre el tema insisten en que el tiranosaurio fue tanto depredador como carroñero, alimentándose de cualquier carne que pudiera conseguir, dependiendo de la oportunidad que se le presentara. Carnívoros modernos son depredadores raras veces estrictos o carroñeros. Los leones, por ejemplo, a veces comen hienas muertas y viceversa. El comportamiento que hurga en busca depende de la disponibilidad de la presa, entre otros factores. Si los tiranosaurios eran carroñeros que practicaban cleptoparasitismo (robo de las presas cazadas por auténticos depredadores) su masa corporal habría sido un factor intimidante para ahuyentar a los depredadores; los actualmente indiscutibles depredadores coetáneos a los tiranosaurios (por ejemplo los raptores) eran mucho más pequeños y veloces, la presencia de un carroñero gigante dotado de grandes dientes les habría hecho huir o retroceder.

Recientes estudios óseos demuestran, por las inserciones musculares en el occipital, el malar y las escápulas, así como las inserciones del masetero, y teniendo en cuenta el peso del cráneo y las mandíbulas, el tiranosaurio no podría ser capaz de realizar mucha presión mandibular, no la suficiente como para poder abatir a un dinosaurio de gran tamaño; ello le limitaría a presas pequeñas, pero éstas generalmente son más rápidas y ágiles, por lo que se piensa que el tiranosaurio se alimentaba exclusivamente de animales débiles, ancianos, enfermos, o de piezas muertas o cazadas por otros carnívoros más pequeños, comportamiento que se asemeja al de las hienas, precisamente por el mismo motivo fisiológico. A mayores, el gran desarrollo del lóbulo olfativo incrementaría las tendencias carroñeras, como ya se mencionó anteriormente.

No obstante, se suponen pruebas de comportamiento cazador en el tiranosaurio, como por ejemplo la visión binocular mencionada más arriba. Debido a que los carroñeros no necesitan la compleja percepción de profundidad que brinda la visión estereoscópica, en los animales modernos la visión binocular se halla principalmente en los depredadores sin embargo no es exclusiva de los mismos (lemúridos y primates entre otros no depredadores poseen visión binocular estereoscópica). Además, el descubrimiento de marcas de mordidas en otros animales e incluso en otros tiranosaurios ha sugerido un comportamiento predatorio.

Además la teoría de que fuera un exclusivo carroñero no es del todo posible, ya que si era completamente carroñero, no podría haber sobrevivido, ya que no existían carnívoros suficientemente grandes en su ecosistema que pudieran cazar presas tan grandes para abastecer a una población saludable de tiranosaurios y a ellos mismos, además de que no hay animales muriendo todos los días para la misma causa, y recientes estudios de la mandíbula y la presión que esta ejercía, refutan que era débil y sin fuerza suficiente para abatir grandes presas, de hecho era la más fuerte de todos los depredadores terrestres conocidos, además no necesitaba ser rápido por que sus presas tampoco lo eran, sino extremadamente poderoso para derribarlas, así que el tiranosaurio fue un depredador que evoluciono a la par con sus presas, y bien podría acechar a sus víctimas oculto y usando el olfato, que además debió haber servido, en parte para ayudarlo a localizar animales muertos que presentaban una fuente de comida fácil, para localizar a sus presas a distancia para evitar ser descubierto y finalmente en cuanto a los brazos extremadamente pequeños, la evolución de los tiranosaurios llevo a la reducción de estos para equilibrar el peso de la cabeza con el del resto del cuerpo, por lo que si no se hubieran extinto, los brazos de los tiranosaurios se hubieran reducido por completo y sus cuerpos se hubieran vuelto aún más grandes, así estas características convirtieron al Tyrannosaurus, en lugar de un débil carroñero, en la máxima máquina de matar de artillería pesada del mundo de los dinosaurios, más eficiente que los anteriores megalosaurios, alosaurios, carcharodontosaurios y espinosaurios.

Por lo que en conclusión, el Tyrannosaurus era un formidable depredador y un carroñero cuando tuviera la oportunidad.

Al examinar el espécimen de tiranosaurio denominado Sue, el paleontólogo Peter Larson encontró una fíbula quebrada y sanada, vértebras de la cola, huesos faciales dañados y un diente de otro tiranosaurio incrustado en una vértebra del cuello. Si esta interpretación es correcta, podría tratarse de una prueba substantiva de comportamiento agresivo entre tiranosaurios, aunque no está claro si se debía a competencia por alimentos y parejas o simplemente canibalismo.

Otras pruebas que reafirman la hipótesis del tiranosaurio predador, se basan en su tamaño, a todas luces excesivo, para alimentarse de restos de otros dinosaurios, por lo que sugiere la necesidad de la depredación, mediante ataques contundentes, y un medio de caza similar al del actual dragón de komodo: Su boca tenia tal cantidad de microorganismos, que uno solo de sus mordiscos bastaba para intoxicar a la presa, que moría abatida por septicemia, tras lo cual el tiranosaurio podía devorarla posteriormente. Esta hipótesis restaría importancia a la que afirma que el tiranosaurio no podía ser depredador a causa de su escasa movilidad de los brazos

Sin embargo, investigaciones más recientes concluyeron que la mayoría de las lesiones son debidas a infecciones y no a ataques, o simplemente daños en los fósiles con posterioridad a la muerte, además de que las pocas heridas conocidas son demasiado generales como para indicar agresividad intraespecífica. En el lugar de hallazgo de Sue, también se encontraron restos del esqueleto de un edmontosaurio con heridas en su cola, infligidas por tiranosaurios, que sanaron en vida, lo que sugiere caza activa en lugar de consumición de restos. Otra pieza de evidencia es un triceratops encontrada con falta de un tercio de su cuerno y la huella de un diente a lo largo de una pieza de su cola, herida que, de nuevo, fue infligida por un tiranosaurio en vida y sanó. No obstante, esto podría defender el hecho de que se alimentaran de animales débiles, y que estos ejemplos fueran fracasos por esa razón.

Otro tema relacionado son los estudios contradictorios acerca de cuan rápido podía correr un tiranosaurio. Las especulaciones hablan de hasta 70 kilómetros por hora e incluso más.

Historia:
Sus restos fósiles son escasos. Hasta 2006 han sido hallados 30 especímenes, incluyendo sólo tres cráneos completos. Los primeros especímenes encontrados tuvieron un papel importante en la Guerra de los Huesos. Cabe destacar que Tyrannosaurus rex es el dinosaurio carnívoro mejor conocido en la cultura popular humana.




Fama:
El Tyrannosaurus Rex es el dinosaurio más famoso a nivel mundial, y el protagonista principal en algunas películas y hasta videojuegos:
  • Es la estrella principal de la película Jurassick Park 1 y 2.
  • Es el dinosaurio principal del famoso videojuego Dinocrisis, se presenta en sus 2 versiones, en la que tú debes de eliminarlo.
  • También se presenta en la última película de King Kong, y también en el videojuego basado en esta película, para la consola de Play Station 2.
  • En muchas películas antiguas también se puede apreciar a este famoso dinosaurio.
  • Es el dinosaurio favorito de la mayoría de niños.
  • Se halla presente en muchas series de dibujos animados, por ejemplo, en la serie de Dinorey, de DisneyxD, canal anteriormente llamado Jetix.
  • También se haya en el famoso videojuego Jurassick Park: Operation Genesis, que consiste en construir un parque jurásico, agregando distintas especies de dinosaurios, una de ellas es el tiranosaurio.


 Conclusión:
El Tyrannosaurus Rex fue uno de los mayores y más despiadados terópodos, motivo de muchos estudios, hasta ahora vigentes. Es un sorprendente animal que es preferido por muchos debido a su aspecto feroz y muy temido.

Punto de vista del autor (yo, Zhadow!):
Éste es mi dinosaurio favorito, me impactó cuando lo vi en diferentes películas, sobre todo la de Jurassick Park, y además, pienso que es un espécimen digno de conocer y saber cada vez más sobre él. Es un animal sorprendente!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy de Bogotá - Colombia, me llamo Fabian Prada A. y creo que este animal es el mas poderoso de toda la humanidad, me gusta todo lo que este relacionado con él, es apacionante y pienso que seria magico poderlo ver en vida por tan solo un minuto, esto no se borraria de la mente jamas.

Anónimo dijo...

hola un saludo a todos los amantes dela paleonologia,me llamo silvio morales y soy paleontologo juvenil dedico mi vida a los raptores. el tiranosaurus rex fue uno de los carnívoro mas grande que alla existido en el periodo cretacico de eso no hay ninguna duda, poseía una arma biológica jamas igualada a lo largo y ancho de toda su mandíbula eso de que si es carroñero o cazador lo dirá el tiempo pero yo apuesto mi vida que fue cazador y no tanto carroñero como dice jack horner con mucho respeto le digo...t-rex tenia todas las de ganar una mandibula compuesta por aserrados dientes de hasta 15 cm¡¡..impactando a su preza con una fuerza mordedora 5 veces mas fuerte a la del león actual a 45 km/h se imaginan eso, dejándola completamente inconsciente para luego darle una feroz y rápida mordida en su cuello matándola rápida y agonizante mente. bueno amigos mios les doy un gran abrazo a todos los que amamos esta hermosa y apasionante labor solo nosotros sabemos a que nos referimos saludos desde chile. si quieres mi facebook búsquenme por. silvio morales alvarez, salgo junto a una maqueta de un raptor. se despide su amigo y colega amante de los dinosaurios.